Siempre quise, porque no, ser uno de esos tipos que tanto repugnan a la gente, pero que todos en el fondo envidian. Uno de esos, de usar y tirar. Que tras follar se viste y vuelve a casa satisfecho, no solo por el gustazo que se ha dado, sino porque a ella tambien le gustó, a decir por sus grititos y caritas de gusto.
Pero la verdad, nunca fui nada de eso, es mas, siempre fui lo contrario, nose si llamarme pagafantas, porque por suerte o por desgracia nunca tuve dinero. Pero desde luego, si uno de esos tipos que siempre andan comprendiendo y aconsejando a las mujeres, uno de esos que siempre tienen una sonrisa a tiempo, o un abrazo bien dado o unas palabras bien dichas.
¡Desde luego, vaya fracaso lo mio!
Pero la verdad, nunca fui nada de eso, es mas, siempre fui lo contrario, nose si llamarme pagafantas, porque por suerte o por desgracia nunca tuve dinero. Pero desde luego, si uno de esos tipos que siempre andan comprendiendo y aconsejando a las mujeres, uno de esos que siempre tienen una sonrisa a tiempo, o un abrazo bien dado o unas palabras bien dichas.
¡Desde luego, vaya fracaso lo mio!
Pero fuera de todo esto, era un tipo de lo más normal, nada del otro mundo. No soportaba a la gente que andaba todo el dia fardando de una cosa, y de la otra, de lo bien que jugaba al futbol o de lo bien que cantaba, o de lo duro que era ir todos los dias al gimnasio. Realmente aquello me repugnaba muchisimo. Ademas aquel tipo de personas no hacían mas que hablar de ellos y todas las frases las solian acompañar de una sonrisa maravillosa, una de esas sonrisas blancas, casi perfectas, tipicas de las peliculas americanas.
En conclusion no soportaba a los chicos perfectos, ultramusculados, bien vestidos, con un buen perfume y por supuesto un buen peinado.
Pero supongo que en el fondo todo esto no sería mas que la envidia profunda que siento por esta clase de personas, y que todos a pesar de los pesares, todos sienten.
Si les digo la verdad estaba cansado de ser un pagafantas, el amigo de mis amigas y en conclusion el capullo del grupo.
Aquella noche transcurria como todas las noches del sabado. Saliamos a dar una vuelta yo y los amigos, teniamos alcohol, tabaco, hierba, los tres elemenotos necesarios para divertirse( o eso decian mis amigos) aunque si les digo la verdad nunca prove nada de aquello y aún asi me divertia bastante la verdad porque no decirlo. Mis amigos tenían bastante gracia, y mas cuando andaban ciegos de alcohol o porros.
Pero lo que siempre me faltó en ese grupo fueron mas mujeres, para mi gusto habían pocas mujeres. No esque yo quisiera follarmelas( que ni me lo planteo, no por nada sino porque soy así) simplemente me gustaban las mujeres, me parecía que tenía gracia compartir las opiniones con ellas, siempre tenían algun consejo guardado, para cualquier ocasión, en cualquier lugar, y en cualquier situación.
Consejos que yo siempre escuche con bastante atención, no por nada sino porque me parecía que no podían equivocarse con esa forma de mirar y esa manía de transformar cualquier cosa en un terrible drama. No hacía falta más que uno se pusiera a llorar o andara con la cabeza gacha o simplemente dejara de hablar, para que ellas se acercaran como buitres al cadaver, realmente no para ayudar sino para hacer aún mas dramatica la situación, con sus comentarios, sus abrazos y su sentido de tragedia en todo lo que decían y hacían.
Todo esto mientras los chicos del grupo bebian, reian y gritaban como locos en un total estado de embriagez. De vez en cuando incluso se acercaba alguno a ver que pasaba, pero simplemente se limitaba a eso, a mirar mientras las chicas no paraban de hundirme más y más en la tragedia( aunque realmente les importara un comino lo que me pasaba).
Realmente no solo me gustaban las mujeres, por sus consejos, su dramatismo y un largo etc de cosas que hacen las mujeres. También me gustaban porque en ellas veia el motivo para salir. Era como un reto constante estar con una mujer, nunca se sabia por donde podía salir o por donde podia entrar. Era un mundo fascinante el de la mujer. Todo esto se hacía mas maravilloso cuando estas comenzaban a hablar de los hombres que les gustaban o no, porque aquí entraba yo en juego, tenia que parecer que las entendía, aunque no fuera así. Lo que hacía realmente era tomar notas mentales sobre lo que les gusta o no les gusta de un hombre, mientras asentia con la cabeza a todo lo que decian y soltaba un suave y conciso “te entiendo” al final de cada frase. Esta frase las dejaba más que satisfechas, es mas les hacía pensar que eras el hombre mas maravilloso del mundo y todas esas cursiladas.
Justo aquí llegaba el punto donde toda mi relación con las mujeres se hacia terriblemente pesada, cuando despues de todo aquello, de intercambiar opiniones, consejos etc ellas soltaban la tipica frase dolorosa que nisiquiera sentian “Si no fuera porque eres mi amigo....”
Yo siempre pense, en porque diablos si tan maravilloso era, si tan perfecto y si tan amigo, porque coño no me querian como nobio. Supongo que porque era demasiado amigo, o porque era muy femenino, o porque a ellas no les gustaban que las entendieran, sino que las fastidiaran e hicieran sufrir lo maximo que fuera posible.
Porque las mujeres les encanta vivir el drama, y el drama no se puede vivir con un tipo como yo que anda todo el rato comprendiendo, sonriendo y dando abracitos, asi no había manera de que hubiera drama alguno.
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