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miércoles, 18 de abril de 2012

Descansa en paz abuelo.

Adios abuelo- Le coji la mano, le miré una última vez a los ojos y me marché impulsado por el aferrimo deseo de mi tio de irnos cuanto antes porque llegaba tarde.
Así que salimos de la habitación mi tio, su nobia, mi madre mi hermano y yo y quedaron a solas mi abuela y mi abuelo. Mi abuela estaba sentada sobre una butaca mirando a mi abuelo.
Mientras bajabamos las escaleras yo sabía que sería la última vez que lo vería con vida. No dejaba de darle vueltas a la cabeza. Como despedida me parecía demasiado fria, tenía unas terribles ganas de volver y darle un abrazo para saberlo en paz.
Y entonces cuando ibamos a montarnos en el coche, sucedió. Mi madre dijo- Guido creo que me he dejado las llaves del coche arriba, ¿puedes subir?
Por supuesto no lo pensé dos veces y subi corriendo las escaleras de madera.
Cuando llegué al cuarto mi abuela ya no estaba sentada, estaba de pie agarrando con fuerza la mano de mi abuelo y mirandolo a los ojos muy fijamente. Él a ella y ella a el y entonces recordé aquella canción que siempre cantabamos mi abuela y yo que dice así "Solamente una vez, se entrega el alama, solamente una vez y con el corazón"
Recuerdo perfectamente que una vez estando en la cocina ayudandola a preparar una tortilla de patatas me puse a cantarla( sabía que le encantaba). Y los dos nos pusimos a bailar( mi abuela tenía la manía de que debía aprender a bailar) mientras cantabamos, mi abuela se puso a lloriquear( una lagrima, otra, pocas pero profundas) y yo le dije -Yaya que pasa- y ella me miró seria y me dijo- Guido solo espero que tu alguna vez puedas amar, como yo amé a tu abuelo, solo una vez, para toda la vida...-
Pues bien en aquel momento, con mi abuelo en el respiradero, agarrando la mano de mi abuela(63 años después de casarse), mirandose fijamente, comprendí lo que mi abuela me contó y entendí que amar, no era esperar todo lo bueno del otro. Sino llorar, reir y pedir perdón. 


Mientras observaba la escena, yo, su nieto ateo. Me acerqué temeroso, le cojí de la mano y con la voz antragantada le dije -"Espero que DIOS te acoja en su seno abuelo, te quiero- El me miró y con una voz debil y suave me dijó-Seguro...- y entonces comprendí que Dios existe, no para mi, pero si para él, con más fuerza y más claridad que cualquier otra cosa que hubiera sentido nunca.

...Envido tanto el amor tan suyo como el Dios que los unió de por vida, para siempre...



Tuvieron la suerte de nacer en un tiempo donde lo que no funcionaba se arreglaba y no se tiraba a la basura...

Adios abuelo. Descansa en Paz.

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